Como sabemos, el agua es un recurso natural limitado.
En México, se tiene una disponibilidad apenas del 0.1 por ciento del agua dulce del planeta, la cual se debe de dividir entre los sectores de uso personal, la industria y la agricultura.
En el mundo, México está catalogado como uno de los países con una disponibilidad baja pues en promedio, el agua disponible por persona es de 3 mil 692 litros.
De esta agua, la agricultura es la actividad que más agua utiliza con un 68 por ciento. Le sigue la industria en todas sus modalidades con el 14 por ciento, mientras que el resto se utiliza en el uso doméstico.
Agricultura y Ganadería
Estas actividades primarias son las que utilizan más del vital líquido y donde más se desperdicia. Según cifras de la Comisión Nacional del Aguas (Conagua) el 57 por ciento del total utilizado se desperdicia, principalmente por la mala infraestructura de riego y por fugas.
Aunado a esto, las pérdidas por la infiltración y la evaporación por el agua almacenada son del 60 por ciento.
Industria
En la industria ocurre algo similar, pues los procesos en los que se utiliza el agua se pierde casi el total de lo disponible.
Este desperdicio de agua no solo afecta en cuanto a la escasez sino que conlleva otro problema aún más grave que es la contaminación del agua.
Las descargas residuales sin tratamientos hacen que el 70 por ciento de los mantos acuíferos del país estén contaminados, siendo la industria azucarera, petrolera y química las más contaminantes.
Uso doméstico
En el país, se cuenta con poca disponibilidad de agua potable, es decir, el agua para consumo humano. Y aunque la cobertura del vital líquido es del 94.5 por ciento en las zonas rurales y urbanas, la escases de agua continúa siendo un problema constante.
Además, en las ciudades se desperdicia alrededor de 40% del agua, por fugas en las redes de abastecimiento y distribución y tomas domiciliarias.
Ante estos hechos, se prevé que en 2030 el mundo tendrá que enfrentarse a un déficit mundial del 40% de agua en un escenario climático en que todo sigue igual.
Para evitar que el agua se acabe y con ello la vida, son necesarias acciones inmediatas ya que estamos en un punto donde podemos cambiar drásticamente el futuro.
En RAMSA, nos preocupamos por el cuidado del agua y es por eso que contamos con gran experiencia en la producción, tratamiento y trasportación del líquido vital para satisfacer las necesidades de nuestros clientes.